Algo muy frecuente es pensar y determinar que el número de plantas de cannabis se traduce directamente en un número de gramos específico. Esta idea de que cada planta nos dará consistentemente un mismo número de gramos, y que podemos determinar el total que obtendremos al final del proceso con sólo contar con el número de plantas que planeamos cultivar no es siempre cierto. Cada planta puede diferir en el número de gramos de flor finales por muchas variables, así que no es lo adecuado pensar solamente en el número de plantas para satisfacer nuestro consumo. La genética, el espacio y la nutrición que le daremos, las técnicas que utilizaremos para cultivarla y el tiempo que durará el ciclo entero de cultivo son variables que modifican la cantidad de flor que obtenemos al final. Si se quiere obtener un pronóstico más exacto de lo que cosecharemos en gramos, sólo con la experimentación propia del cultivador en su espacio de cultivo podemos determinarlo. Ahora que, si para el lector es la primera vez que pretende cultivar cannabis para satisfacer su consumo, después de explicar cómo aumentar el rendimiento por planta, daré como ejemplo la forma de mi ciclo de cultivo y mis resultados.
Aumentar el rendimiento
Si queremos sacar gran cantidad de flores, con el mayor peso posible en cada planta, hay varias técnicas conjuntas que pueden llevarnos a ese resultado; sin embargo, se exige una mayor demanda de recursos y esfuerzo del cultivador entre más se acerque al mayor rendimiento posible de cada planta.
¿Cómo aumentamos los gramos obtenidos por cada planta? Pues esta pregunta tiene múltiples respuestas:
- Nutrición eficiente
- Podas y técnicas de entrenamiento
- Aumentar el periodo vegetativo de la planta
Sí se efectúan juntos los puntos anteriores en cada planta, el rendimiento aumentará significativamente. Lo positivo de aumentar el rendimiento de cada planta es que podemos llegar a explotar perfectamente el perfil genético de cada fenotipo y de cada variedad genética. Una limitante de aumentar el rendimiento de cada planta es la salud de ellas: Si enferman, todo el esfuerzo y recursos estarán en riesgo de perderse, poniendo en riesgo la cosecha.
Hacerse una guía propia
Es casi inevitable querer usar una guía para establecer un objetivo en la primera cosecha. Si nunca hemos experimentado y medido los resultados obtenidos nos será muy difícil poner cifras en el papel de nuestra planeación. En mi experiencia he podido observar que, al llevar una forma de cultivo consistente, se pueden calcular y recrear los gramos que se obtienen al final. En la primera cosecha se debe poner atención a los detalles y a los resultados que nuestras condiciones de cultivo nos dieron. De ahí en adelante, establecer una proyección para que, cada vez que cultivemos bajo nuestras condiciones de cultivo, obtengamos lo suficiente para cubrir nuestro consumo.
Para poner una referencia, las plantas en mi jardín trasero ocupan aproximadamente un volumen de 1.7 metros cúbicos sobre el sustrato (120 x 110 cm de área y 130 cm de altura) me han dado en promedio la cantidad de entre 150 a 200 gramos por planta, algunas más y otras menos, dependiendo del tipo de planta.
Sin embargo, aquí con esta referencia también debo mencionar las variables de mi forma de cultivo que pueden ser distintas a las de otros cultivadores. Yo cultivo en exterior, en suelo vivo y con una nutrición basada en métodos como KNF y JADAM. Además expongo a las plantas a luz solar durante el día (entre 13 y 14 horas) y al anochecer complemento con 3 horas de luz extras con un foco ahorrador común. Hago uso de podas y técnicas de entrenamiento, así como defoliaciones regularmente. Mi ciclo de cultivo dura 5 meses, desde que siembro hasta que cosecho (2 meses en vegetativo y 3 en floración aproximadamente).
Cada cultivador podrá obtener diferentes resultados de cada ciclo según sus técnicas y su forma de cultivar, no es lo mismo cultivar en suelo a hacerlo en macetas, ni tampoco se obtendrán los mismos resultados con otro tipo de nutrición y cultivando con menos horas de luz, o con más.
Para quienes comienzan, lo mejor que pueden hacer es experimentar con 1 sola planta primero y con una genética específica. Durante el proceso de crecimiento llevar un registro de lo que compone nuestra forma de cultivo (sustrato, horas de luz, nutrición, técnicas usadas, espacio, lugar y equipo, etc.) y al final medir los resultados obtenidos con nuestra propia forma de cultivo. Cuantificar los resultados de la primera experiencia será la guía para establecer objetivos alcanzables en la planeación de los siguientes ciclos de cultivo. Adaptar y mejorar con cada ciclo es la única manera en la que podemos adquirir un mayor control de lo que obtenemos de cada cosecha: la experimentación y la práctica hacen al maestro.
Domina el Cultivo en Interiores y Exteriores